Te contaré un poco de mi historia. Antes de crear Bienestar Financiero, manejaba mi dinero de la forma usual, tenía mi tarjeta de crédito, porque claro, es importante tener historial crediticio ¿no? Debía mi auto y aunque era una persona más o menos ordenada, no tenía un presupuesto mensual. Cada mes recibía mis estados de cuenta, los pagaba completos, era una “totalera” aunque de vez en vez me sorprendía el monto a pagar.
Cuando conocí a mi esposo, él también tenía deudas. Mi sueldo ya había mejorado por lo que comencé a gastar bastante en ropa, salidas, ya sabes… socializar. Entre mi esposo y yo, gastábamos el 50% de nuestro ingreso en salidas. ¡La mitad de lo que ganábamos!
Cuando la cosa comenzó a ponerse más seria y platicamos de matrimonio, comprar una casa y todo eso que sueñas cuando estás enamorado, nos dimos cuenta que nuestro ritmo de gasto no iba a ayudarnos para cumplir nuestros planes.
Pero mira, la motivación de cambiar nuestra vida financiera la teníamos, pero lo que no dejaba de darnos vuelta en la cabeza era cómo lo lograríamos. No sabíamos cómo empezar ni por dónde. ¿Debíamos ahorrar primero? o ¿pagar las deudas primero? o quizá ¿ahorrar para emergencias primero? La cabeza se nos hacía nudos.
Entonces comenzó la odisea, una búsqueda intensa por encontrar el “paso a paso”. Y ¿qué crees? Lo encontramos. Esto nos llevó años, mucho estudio, oración, estudiar a profundidad el mejor libro de finanzas que existe, y muchas pláticas con personas financieramente maduras y otras no tanto.
En serio te digo, que los principios fueron descubiertos a costa de lágrimas, esfuerzo, sacrificios, inversión en tiempo y también de dinero. Pero valió la pena.
Verás, los principios que descubrimos y que hemos aplicado son hasta cierto punto evidentes. Es cierto. De redacción parecen simples, pero no los subestimes, porque su parte laberíntica está en aplicarlos, no es decirlos. Por ejemplo, “no le debas nada a nadie”. Pero ¿qué tal te ha ido aplicándolo? Nada y a nadie. La complejidad está justamente en aplicarlo, identificar la motivación para aplicarlo y en el cómo aplicarlo.
¿Crees que es extremo? Quizá. Pero el ritmo bajo el que funciona este mundo, de satisfacción inmediata y soluciones fáciles, también lo es, es agresivo y demandante como para ser blandos ante él. Y he aprendido que nada que cueste poca disciplina aporta grandes recompensas. Y aquí la recompensa es tu paz. ¿Qué estarías dispuesto a hacer para recuperarla y mantenerla?
Verás, hoy el mundo quiere decirnos cómo manejar nuestro dinero, es preocupante la saturación de mensajes por todos los medios que parecen saber más acerca de lo que necesitamos, que nosotros mismos: “Tú necesitas comprar...” “Lo que realmente te hará feliz es...” Perdona que tire la ilusión, pero esas personas se benefician de tus debilidades, de tus carencias emocionales y de tus sueños. Ganan dinero a través de remover en ti lo que más te preocupa o te hace sentir inseguro. ¿Eso no te molesta al menos un poco? ¿No te molesta que gente que no te conoce ni tantito, se aparezca en tu casa a ordenarte cómo usar tu dinero y además te miente diciendo que ese objeto va a solucionar todos tus problemas? A mí, me pone furiosa.
Esas personas están haciendo lo que creen mejor para su empresa, que es generar ganancias. No quiero juzgar eso. Pero sea como sea, tienen un interés en que gastes, por tanto, su consejo está viciado.
Créeme, no hay paz que se compare con la que se obtiene al tener tu dinero en orden, libre de deudas y sirviendo a otros. Y todo el esfuerzo vale la pena, te lo aseguro.
Gracias por leerme. Nos vemos pronto.
Adriana
“Que tus finanzas sean un puente hacia tu propósito en el mundo.”